Tenemos que reconocerlo. Los videojuegos pueden ser uno de los medios más injustos del ocio de entretenimiento. Naruto, y en concreto esta versión de todos los juegos hasta la fecha, es el ejemplo perfecto. Un juego en el que ninguna parte de la balanza pesa más que la otras, formando un conjunto mediocre, pero compensado. Precioso, pero simple. Divertido, pero sin ritmo.
En el Modo Aventura, observar cada uno de los escenarios donde nos paseamos entre combate y combate es una de las experiencias más extrañas que hemos visto enfrente de la pantalla. Ver los escenarios es mejor que ver la propia serie de animación, con una composición en las cámaras muy lograda y unos modelos de personajes que superan de nuevo a los originales, si no fuera por esos dientes de sierra que se están convirtiendo en la espina clavada del cel-shading.
Para entendernos mejor, estos escenarios, y su planteamiento son prácticamente iguales que los de un juego de rol oriental (de hecho, más de uno podría inspirarse en su técnica, que mezcla con sapiencia el 2D, el 3D, las capas de profundidad, los zooms y las panorámicas). Avanzamos por estas localizaciones conectadas entre sí mientras podemos recoger objetos, hablar con NPCs, comerciar o cumplir misiones secundarias.
Lo habríamos hecho, si no fuera porque es un absoluto fastidio. El principal lastre de Naruto SUNS 2, es el ritmo. Todo, absolutamente todo, se convierte en una carga debido a sus cargas, que no son lentas, pero sí abusivas; a los lentos diálogos, que entorpecen y alargan la experiencia y nos obligan a machacar el botón A; al árbol de ítems y objetos, que en el modo normal prácticamente no sirven para nada.
Esto, unido al propio guión que intenta seguir el juego inspirándose en la serie, hace que recorramos una, y otra, y otra vez los mismos escenarios, cambiando nuestra admiración por la Villa de la Hoja por una experiencia dolorosa (¿sabes cuando estás andando demasiado en un juego? Cuando empiezas a saltar/rodar/hacer el idiota mientras vas del punto A al punto B). Si te lo tomas con paciencia, siempre podrás entretenerte por el camino, claro está. Pero, y sobre todo al comienzo con el tutorial invasor, cuando lo único que quieres es que la historia continúe, ese sentido de la obligación que tiene el juego a que admiremos su belleza se convierte en un factor en contra.
Entonces, el modo aventura está estructurado de la siguiente manera: Vemos una secuencia de vídeo (con animación y voz), pasamos a una secuencia no animada, estática, con voz; ahora a una igual, pero sin voz; ahora vamos a B; otra secuencia sin voz; ¡peleamos!; secuencia de vídeo y vuelta a empezar. No hay duda de que Naruto es un juego japonés, pero quizá CiberConnect2 debería lapidar algunas reglas de este tipo de juegos que vemos en todas las adaptaciones de anime para resumir la historia de otra manera.
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